Alimentos afrodisiacos de la cocina judía: la canela

Alimentos afrodisiacos de la cocina judía: la canela

La canela nos acompaña desde los tiempos de la Biblia, tanto en la mesa como en la cama…

Un aceite a base de canela parece haber sido el secreto empleado por la legendaria Reina de Saba para seducir al Rey Salomón, alrededor del año 950 a.C., y en Israel se han encontrado restos de canela más antiguos aún.
Pero hay textos chinos e indios aún anteriores, que dan instrucciones detalladas para su uso en medicina y como estimulante amoroso.

Y es que la canela quizás sea el único afrodisíaco natural reconocido como tal en medicina, ya que se sabe que aumenta el flujo sanguíneo, especialmente en el área abdominal y pélvica: cuanto más mejore el suministro de sangre a la “zona baja”, más se facilita la excitación y el desempeño amatorio. Para no hablar de la sensualidad intrínseca a todas las especias, en especial a las más aromáticas. que por sí sola puede “poner en clima” y combatir la disminución del deseo.

En este sentido, hace unos años se realizó un estudio científico que descubrió que los hombres respondían con más fuerza al aroma de los bollos de canela horneados que a cualquier perfume (una combinación del aroma de pastel de calabaza con lavanda también fue un éxito).  Además, se encuentra entre las especias consideradas útiles para producir “calor” corporal (como la nuez moscada y ek cardamomo), lo que se asocia con un aumento del apetito, tanto físico como amoroso.

La canela en la tradición judía

La palabra utilizada por los Sabios de Israel para llamar a la canela es קלופה = “qelufah”. Maimónides ha explicado que significa “qishr slaykha”, o lo que otros llaman en árabe, “al-qerfa”, que significa canela china (Cinnamomum cassia, una de las especies más comunes de canela). Rashi también llama “qelufah” a la canela.  En un claro ejemplo de lo que en traducción se llama “falso amigo”, la palabra hebrea “qinnamon” (recordemos que canela en inglés se dice “cinnamon”) no se refiere a la canela, sino a una madera aromática proveniente de Java, en Indonesia, llamada calambac de la India o palo del águila. Maimónides, por ejemplo, escribe que el “qinnamon es la madera que proviene de las islas de la India cuya fragancia es buena y que los hombres usan en incienso”.  

La canela se menciona explícitamente en la Biblia ya en el libro de Shemot (Exodo) con respecto al aceite utilizado para ungir los utensilios y a los Kohanim:

Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta” (Shemot/Exodo 30 – 23)

Rashi explica este pasaje comparando a la canela con la corteza de los árboles: algunos son fragantes, mientras que otros son como la madera ordinaria. Por lo tanto, la Torá necesitaba decirnos que usáramos la fragante.

Y tenía razón: de todas las especies de canela, el Zeylancium es el más aromático., además de ser el más caro y el más sabroso con platos dulces.

 

La canela nunca creció realmente en tierras de Israel, pero eso no impidió que los Sabios de Israel demostraran un alto aprecio por ella: 

Rachba en nombre del rabino Yehuda dice que “los árboles en Jerusalén eran de canela. Si ardieran la fragancia cubriría todo el país”. (Shabat 63a)

Rav Huna, en nombre del rabino Yosi, dijo que en Israel “crecerían árboles de canela, y las cabras y ciervos podrían alcanzar las copas y comer de ellas“. (Bereshit Rabah 65)

 Presente en una infinidad de platos de la cocina judía, la canela conecta a todo el pueblo judío: es la especie que todos ponen en el Jaroset del Séder de Pesaj. Aunque las recetas de Jaroset son innumerables, la canela es el ingrediente que casi nunca falta. Y el jaroset, que simboliza la argamasa que los judíos tenían que preparar durante la esclavitud en Egipto, es también llamado el “cemento judío”, ya que es una costumbre que une a todo el pueblo judío. 

En la actualidad, la canela se está incorporando en el seder de Pesaj en forma independiente del jaroset para simbolizar espiritualidad, sanación y amor, de cuya combinación se obtiene aceptación.

De este modo, se está transformando junto con la naranja en símbolo de inclusión, sobre todo de la comunidad LGBT+.

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