“El paciente”, la nueva serie de asesinos seriales, analistas judíos, y conflictos entre ortodoxos y reformistas

"El paciente", la nueva serie de asesinos seriales, analistas judíos, y conflictos entre ortodoxos y reformistas

En la nueva serie de Hulu, se cuenta la historia de un psicópata y su terapeuta, en un trasfondo de judaísmo en conflicto interno…

Joel Fields y Joe Weisberg -creadores de la exitosísima “The Americans”- son los cerebros detrás de “El paciente”, que se estrenó en Hulu el 30 de agosto y sigue emitiendo episodios semanales en FX (propiedad de Hulu) hasta el 25 de octubre.

La pareja creativa entreteje en la historia sus experiencias personales: Fields como hijo de un rabino reformista, y Weisberg como hijo de padres reformistas que asistieron a una sinagoga conservadora. 

En “El paciente”, Alan -interpretado por Steve Carell- es un terapeuta que perdió a su esposa Beth (Laura Niemi) a causa de un cáncer.

Beth era jazanit en una sinagoga reformista y su hijo Ezra (Andrew Leeds) se volcó al judaísmo ortodoxo en la universidad, un camino que sus padres no logran entender.

En el primer episodio, un nuevo paciente llamado Sam (Domhnall Gleeson) secuestra a Alan en un intento de curar sus impulsos asesinos.

Parte del trabajo de Alan con Sam es lograr que logre comprender otros puntos de vista: el hecho de que alguien diga algo que a Sam no le gusta o que percibe como grosero no significa que merezca morir.

El episodio tres, por ejemplo, involucra el flashback de la boda de Ezra con una mujer ortodoxa llamada Java.

Guitarra en mano, Beth canta “Dodi Li”, una canción de boda judía tradicional, sabiendo que las mujeres no pueden cantar en presencia de los hombres en esa comunidad ortodoxa. Mientras ella actúa, algunos hombres se levantan y se van. Ezra y su novia se quedan pero su incomodidad es evidente.

Fields y Weisberg no pierden tiempo de pantalla “educando” al espectador sobre las complejidades de la observancia ortodoxa judía. En otra escena, Ezra, su hermana y sus familias están cenando en la casa de Alan y Beth.

Beth les sirve helado a los hijos de su hija mientras los de Ezra observan, impedidos de participar, comiendo la comida que trajeron en un Tupperware. Toda la escena dura menos de un minuto, por lo que el público debe arreglárselas para comprender rápidamente lo que está sucediendo.

Pero la falta de mención explícita de las normas de la kashrut no significa que la serie no las represente con fidelidad. Con asesoramiento rabínico, los productores y escenógrafos se aseguraron de que todos los detalles fueran correctos, como los platos de papel para la familia de Ezra, que no podían comer en platos que normalmente se usan para servir comida no kosher.

Además de en las divisiones familiares, el judaísmo juega un papel importante en otros aspectos de la historia. En otro episodio, por ejemplo, Alan sueña que está en los barracones de Auschwitz (algo lógico, considerando que está encerrado en un sótano, prisionero de un psicopata).

En otra ocasión, para enseñarle a Sam lo que es la empatía para que pueda comenzar a pensar en sus víctimas como personas y considerar lo que necesitan sus familias, Alan le cuenta sobre los rituales judíos asociados con la muerte, incluido el Kadish del doliente. 

Algo que Fields y Weisberg también tuvieron que enseñarle a Carell (que no es judío), grabándoles versiones de la plegaria para que pueda luego recitarla de memoria en su totalidad en el programa.

https://www.youtube.com/watch?v=9yywY4QPKas