Seguro sabes que Rosh Hashana es el año nuevo judío. Quizás sepas también que existe un año nuevo de los árboles. Pero, ¿sabías que también hay uno para los animales?
En la tradición judía, el concepto “año nuevo” es mucho más que una cuestión astronómica o del calendario, pues tiene profundas implicancias éticas que van más allá de lo que habitualmente se entiende por “religión” y que se relacionan a, por ejemplo, la relación entre el ser humano y la Naturaleza.
Según el Talmud (Mishná Seder Moed 1: 1), existen cuatro “años nuevos”:
Está, por supuesto, el bien conocido y ampliamente celebrado Rosh Hashana La’Olam – para el mundo – un compromiso de renovación anual con la tarea de mantener y sostener la creación a través del trabajo beneficioso de nuestras actividades, y a través de la “reparación” de nosotros mismos y de nuestras múltiples relaciones dentro del trabajo de la creación (esto ocurre en el mes de Tishrei.)
Luego está el el año nuevo de los árboles –Rosh HaShanah La’Ilanot-, una festividad a la que quizás conozcas con el nombre de Tu Bishvat.
El tercero, Rosh Hashana La’Melajim (para los Reyes) es de origen y sentido bastante oscuro, aunque podría considerarse que representa un compromiso anual basado en una sociedad de justicia (en el mes de Nissan).
Y, finalmente, tenemos un año nuevo para los animales domesticados por la sociedad humana, aquellos que dependen de nosotr@s para su alimentación, refugio y cuidado: Rosh Hashanah La’Behemot (el primero de Elul).
La categoría “beheima” incluye a todos los animales criados históricamente por los humanos como criaturas domesticadas, tanto kosher como no kosher, como por ejemplo: gatos, vacas, perros, burros, cabras, cerdos, pollos y llamas.
Hay otro comentario mishnaico, sin embargo, que dice que Rosh Hashaná L’Behemot ocurre en realidad esta el primero de Tishrei, coincidiendo con el Rosh Hashaná que todos conocemos.
Los sabios judíos explican que el primero de Elul es para los animales concebidos temprano en la primavera, y la otra es para aquellos animales concebidos un poco más tarde, y nacidos después de Elul (Bejorot 57b, Rosh Hashaná 8a) .
En la era del Templo de Jerusalem, el año nuevo de los animales era honrado con una especie de “diezmo”: los animales eran hechos pasar a través de una puerta, y cada décimo animal era “marcados”
Una iniciativa moderna para revivir la tradición, pero con un enfoque en el tratamiento ético de los animales, comenzó en 2009 en la Granja Adamah, en Connecticut, USA. El ritual consistía en bendecir a los animales, meditar sobre la dependencia de cada uno de los animales y tocar el shofar para señalar el comienzo del mes de Elul.
Este nuevo año de los animales brinda la oportunidad para reflexionar sobre la profunda interdependencia de todas las criaturas vivientes.
Promoviendo nuevos rituales, oraciones y reflexiones sobre los derechos y la ética de los animales, el Año Nuevo para los Animales ha inspirado un rico debate contemporáneo enraizado en una antigua tradición.
Es también un un desafío para recordar y redescubrir cuáles son nuestras responsabilidades para con los animales que dependen de nosotros para su bienestar. Y quizás también, por extensión, sobre nuestras responsabilidades con los “jaiot“, los animales no domesticados o salvajes.
Si podemos -dicen los sabios- imaginar, sentir empatía y comprender la dependencia de los “beheima” a nuestro cuidado, ¿cuánto mejor podríamos comprender nuestra relación con D’s -el Uno Santo y Bendito- y la cadena infinita de interdependencias que unen a todas las relaciones vivientes en el reflejo de esa Unidad?