
¿Cuál es la línea invisible que une a Moisés y el Monte Sinaí con la tecnología de punta de hoy en día?
Baruj Halevi, rabino y emprendedor tecnológico, recordando que Israel tiene más start-ups, capital de inversión, centros multinacionales de I + D y empresas en el NASDAQ per cápita que cualquier otro lugar del mundo, se pregunta: ¿Por qué Israel? ¿Cómo es que este pequeño país -joven, sin recursos naturales y perennemente golpeado por todo tipo de adversidades-, se ha convertido en la “Startup Nation”?
No es el primero que se lo pregunta, y las respuestas son varias, pero Halevi encuentra que la “fórmula secreta” viene directamente del Monte Sinaí, hace más de 3000 años. Es decir, de la entrega por Dios a Moisés de los Diez Mandamientos (y, según la tradición judía, también de la Torá, los cinco primeros libros de la Biblia hebrea).
Como dice la Biblia:
“Jacob se quedó solo, y un ángel luchó con él hasta el amanecer … Cuando el ángel vio que no podía vencer a Jacob … le dijo: ‘Tu nombre ya no será Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los humanos y has prevalecido'”.
Dentro del judaísmo, no solo es aceptable un intenso cuestionamiento, debate y desacuerdo, sino que se hace por el bien celestial, incluso se lo considera una mitzvá: un acto meritorio de inspiración divina. .
Esto, piensa Halevi, es el factor determinante. Jacob se enfrentó a la oscuridad y entró en ella con el compromiso y la convicción de la búsqueda de la verdad y de aliviar y eliminar la oscuridad:
– La oscuridad de la enfermedad, el sufrimiento y la muerte.
– La oscuridad de la pobreza, la injusticia y el abuso.
– La oscuridad de la contaminación, la inacción y el desperdicio.
– La oscuridad del terror, el asesinato y el mal.
Cualquiera sea la oscuridad, nos corresponde hacerle frente, enfrentarla hasta que rompa el amanecer, iluminando el mundo con avances científicos, innovación e inspiración que solo pueden alcanzarse siguiendo la receta de Shavuot: estudiando, debatiendo, cuestionando, no dando nada por sentado ni definitivo, aun cuando provenga de la más alta autoridad.
Recordando, sobre todo, que todo saber es provisorio y que el mayor mérito de un verdadero sabio es aceptar su ignorancia y que su lugar de supuesto saber sea constantemente puesto a prueba.
Referencias:
Baruch Halevi, “Shavuot and the Secret Sauce of the Start-up Nation”, The Times of Israel, May 15 2018
http://blogs.timesofisrael.