Ruth Bacan Marcus y la lógica simbólica

Ruth Bacan Marcus y la lógica simbólica

El 19 de febrero de 2012, fallece Ruth Bacan Marcus, filósofa y figura fundamental de la lógica simbólica del siglo XX

En esta fecha de 2012 fallece Ruth Bacan Marcus, innovadora profesora de filósofa de la Universidad de Yale e investigadora en el campo de la lógica.
Saltó a la fama en 1946 con un artículo en “The Journal of Symbolic Logic” en el que proponía una fórmula para plantear una conexión entre posibilidad y realidad.

La fórmula de Barcan dice que “Si todo es necesariamente F, entonces es necesario que todo sea F”, que el profesor de lógica de Oxford Timothy Williamson resume así: “Si puede haber algo que tenga una cierta propiedad, entonces hay algo que puede tener esa propiedad”. Debido a su afinidad con las matemáticas y las ciencias duras – disciplinas históricamente poco hospitalarias para las mujeres: la lógica había sido durante mucho tiempo una de las ramas más petulantes de la filosofía.
Para una mujer de la generación de Marcus, era casi inaudito lograr abrirse paso a los codazos en un campo por entonces dominado por figuras como Willard Van Orman Quine, Rudolf Carnap y Kurt Gödel.

Hija de socialistas -su padre era tipógrafo y escritor en el diario idish “Forward”-, también fue campeona de esgrima y activista política en la campaña contra la guerra de Vietnam.

Para la ceremonia de graduación de 2001 en Yale, se negó a sentarse en su lugar habitual en el escenario para protestar contra la entrega de un título honorífico al  presidente George W. Bush
Tras su notable debut en el escenario académico, Marcus continuó escribiendo artículos seminales sobre esencialismo, epistemología, creencias, lenguaje y ética.

Su mayor contribución en esta última categoría fue su trabajo sobre los dilemas morales, es decir, casos en los que uno tiene la obligación de hacer “x” y la obligación de hacer “y”, aunque no sea posible hacer tanto “x” como “y”.

Su posición fue la de rechazar la opinión que prevalecía en ese momento de que cualquier código moral que admitiera la posibilidad de un dilema era, en consecuencia, inconsistente
– Yale News