Dorothy Levitt, “la mujer más rápida de la Tierra”

Dorothy Levitt, "la mujer más rápida de la Tierra"

El 6 de noviembre de 1903, es multada por exceso de velocidad en pleno Londres la corredora y activista feminista Dorothy Elizabeth Levitt, conocida como “la mujer más rápida de la Tierra” e inventora del espejo retrovisor

Dorothy Elizabeth Levitt, la corredora de autos descrita en su tiempo como “la mujer más rápida de la Tierra” (tenía récords mundiales de velocidad tanto en autos como en lanchas rápidas), fue multada con cinco libras en esta fecha de 1903 por exceso de velocidad en Hyde Park, Londres.

Levitt fue famosa como pionera del automovilismo, periodista y activista feminista.

Enseñó a la Reina Alexandra a conducir, e inventó el espejo retrovisor cuando escribió en 1909 (en “The Woman and the Car: A Chatty Little Handbook for All Women Who Motor or Who Want to Motor”) que las mujeres deberían “llevar un pequeño espejo de mano en un lugar conveniente cuando conducen” y “levantarlo de vez en cuando para ver hacia atrás mientras conducen en el tráfico” (los fabricantes de los automóviles recién los introdujeron en 1914).

Levitt también aconsejó a las mujeres que llevaran armas de fuego cuando viajaran solas.

En 1905, estableció el récord del viaje más largo logrado por una mujer (de Londres a Liverpool y de regreso en dos días), y también estableció el récord de velocidad “Ladies World Land”, que aumentó en 1906 a 146 km/hora.

La declaración de la policía ante el tribunal decía que había conducido a un “ritmo increíble” y que le dijo al oficial que la detuvo que “le gustaría atropellar a todos los policías, y desearía haber atropellado al sargento y haberlo matado”.

Conocida jinete antes de dedicarse a los autos, Levitt nunca se casó y se dedicó al empoderamiento de las mujeres hasta su muerte en 1922.

Es una sensación de volar por el espacio. Nunca pienso en el peligro. Ese tipo de cosas no me afectan. Pero sé que es omnipresente.

El más mínimo gesto con la mano y el coche se desvía, y los desvíos suelen ser fatales. Pero soy buena apostando, y siempre estoy dispuesta a arriesgarme.

Al ir a ese ritmo, lo más difícil es mantenerse en el auto. La mitad de las veces las ruedas no tocan para nada el suelo, y cuando lo tocan, debes estar preparada para soportar el impacto y la sacudida, de lo contrario, ¡adiós!.

Es mucho más difícil sentarse en un automóvil que montar un caballo al galope en una carrera de obstáculos. Cuando alcancé los récords, estaba sola en el coche. Así lo prefiero“.
– Dorothy Levitt