Enfermarse de COVID da una defensa contra la variante delta más duradera que las vacunas

Enfermarse de COVID da una defensa contra la variante delta más duradera que las vacunas

Según un estudio israelí, la variante delta variante tenía 27 veces más probabilidades de sortear la protección de los vacunados entre enero y febrero que de penetrar la inmunidad natural del mismo período

La inmunidad natural resultante de haber tenido coronavirus brindó una protección más duradera contra la variante Delta que dos aplicaciones de la vacuna de Pfizer administradas a principios de 2021, según una nueva investigación israelí.

El estudio realizado por Maccabi Healthcare Service analizó a personas que habían recibido dos inyecciones de la vacuna a fines de febrero o que habían dado positivo por COVID-19 en el mismo periodo.

Los investigadores compararon a 46.035 afiliados de Maccabi que contrajeron el coronavirus en algún momento durante la pandemia y la misma cantidad de personas vacunadas con ambas dosis.
Las personas que recibieron dos dosis de la vacuna tenían seis veces más probabilidades de infectarse con Delta que los pacientes que no habían sido vacunados pero que habían contraído previamente el coronavirus, según la investigación.

El estudio, publicado online pero aún no revisado por pares, es el más grande en su tipo. No toma en cuenta las vacunaciones de refuerzo, que en este momento se aplican masivamente en Israel, pero dado que la mayor parte del mundo todavía está administrando un régimen de dos dosis, tiene relevancia internacional.

Pero los investigadores remarcan que estos resultados no deben interpretarse como un argumento contra la vacunación. Pensar que es mejor enfermarse que recibir una vacuna es pensamiento es médicamente incorrecto y los resultados del estudio no sugieren que alguien deba exponerse a propósito y enfermarse.
Al igual que con otras enfermedades, es mucho más seguro vacunarse y prevenir el COVID-19, una enfermedad que nos pone en riesgo de hospitalización, muerte y secuelas de larga duración.

De un total de 748 casos de SARS-CoV-2, 640 eran del grupo vacunado y 108 del previamente infectado.
Las personas que se habían vacunado tenían por lo tanto una probabilidad siete veces mayor de infección sintomática y 6,7 veces mayor de ser hospitalizadas.

Además, se comparó una muestra de 16.215 personas que se infectaron durante la tercera ola en Israel en enero-febrero de 2021 con un número igual de personas vacunadas durante ese período.

El contraste en estos dos grupos fue aún más marcado: mostró que la variante Delta tenía una probabilidad 27 veces mayor de sortear la protección de la vacuna y causar síntomas que de superar la inmunidad natural adquirida en el mismo período y causar síntomas.

El estudio también encontró que cuando los pacientes recuperados recibieron una dosis de la vacuna, como se recomendaba en su momento, la protección alcanzó nuevos máximos, que disminuyó a la mitad el riesgo de infección en comparación con los recuperados no vacunados.
La protección a largo plazo proporcionada por una tercera dosis, administrada recientemente en Israel, aún se desconoce.

Los resultados del estudio -el mayor de su tipo realizado hasta el momento en el mundo- permiten establecer una especie de “jerarquía inmunológica”.
De mayor a menor protección, se encuentran: los convalecientes vacunados, los convalecientes no vacunados, los vacunados, y por último las personas que optan por no vacunarse, que son las más vulnerables.