El shabat ¿es sólo un día de descanso?

El shabat ¿es sólo un día de descanso?

Sin duda lo es, pero el shabat es mucho más que eso…

¿Sabes como describe el Midrash al “Paraíso Eterno (el mundo por venir)”?
Pues como un prolongado, interminable, eterno día de Shabat: “Iom shekuló Shabat”

Esto nos da una pista de que no solo de descanso se trata el shabat, aunque es cierto que de allí surge: 

“Seis días trabajarás y harás toda tu labor, mas el séptimo día es día de descanso consagrado al Señor, fu D’s, no harás labor alguna ni tú, ni tu hijo, ni tu hija… por lo tanto bendijo D’s el día Sábado y lo santificó”

Es por este origen que la mayoría de la gente considera al Shabaf solamente como un día de descanso en el que el trabajo está prohibido.

Esto es verdad solo en parle, ya que el Shabat está destinado a ser un día santo (Iom Kadosh), diferente y separado de los demás días. No es solamente un día
de ocio.

Es el  punto principal de la semana, alrededor del cual giran los demás días. 

El Shabaf ocupó y ocupa un lugar muy importante en la vida judía. Además, es el único de los diez mandamientos que se refiere a la observancia puramente ritual.

Esto nos enseña la gran importancia que D’s le atribuyó entre los mandamientos que hay entre el nombre y D’s (“bein adam lamakom”).

La conmemoración de la creación del mundo:

…pues en Seis días hizo D’s los cielos y la tierra y en el séptimo día cesó en su obra y descansó” (Éxodo 20:11).

¿Qué significa que “D’s descansó”?

La Torá nos enseña que D’s dejó de crear cosas materiales en el séptimo día. De la misma manera el hombre debe dejar de hacerlo. Debe dejar de manipular la naturaleza.

Debe dejar que lodos las cosas sigan su curso natural. Al dejar de hacer estas cosas, no solo que reconocemos la existencia de un “creador”, sino que tratamos de imitar el ejemplo divino.

Rab Samson Rafael Hirsh se pregunta: ¿de qué modo demuestra el hombre su dominio sobre la tierra?

La respuesta es que el hombre lo demuestra en su capacidad para transformar las cosos que están a su alrededor para sus propios objetivos: la tierra para su morada y fuente de su sustento, las plantas y los animales para su comida y vestido.

Se le permite regir el mundo durante seis dios por la voluntad de D’s, sin embargo el séptimo día un precepto divino (una mitzvá) le prohíbe hacer cosa alguna para su
provecho. En cada día de Shabat, por decirlo de alguna manera, el mundo es devuelto a D’s.
De esta manera, dejar de trabajar en Shabat es un “ot”, un símbolo expresivo para todos los tiempos.

El Shabat expresa la fe en que D’s Unico es CREADOR y SEÑOR de TODO y que el hombre fue llamado a Su servicio, pero no como un siervo ni un esclavo, sino como un “colaborador” en la obra de la creación, hecho a Su imagen y semejanza, que tiene permitido ocuparse de si mismo al tiempo que está obligado a cuidar del resto de la obra de D’s..
El shabat también es un “moed”, una señal en el tiempo, un día diferente del resto. Es “kodesh”, un  tiempo sacro: si durante toda la semana olvida el ser humano que no es él sino D’s es la fuente de todo poder, entonces llega el Shabat mostrarlo.

Además es un “brit’”, un pacto, entre D’s y el pueblo judío. Porque si el nombre considera al mundo y a sí mismo como propiedad de D’s, y su propio poder sobre la
tierra como otorgado por Él, entonces vivirá su vida de acuerdo con la Torá.

Y por último, el Shabat es una “berajá” (una bendición) si cada uno de nosotros renueva el pacto con D’s en cada Shabat, entonces D’s nos da en cada Shabat un alma renovada, un nuevo espíritu: Nuestros sabios (jajamim) lo describen como un elevado estado del alma: un “alma complementaria” (“neshamá ieterá”).

El escritor Ajad Haam famoisamente dijo: “Más de lo que Israel guardó el Shabat, fue el Shabat el que guardó a Israel” 

Y lo explica así:

“Fue el shabat, repetido semanalmente, el que elevó a la gente de las penosas fatigas de los otros seis días. También a los pobres les permitió sentirse al menos una vez por semana como reyes, recibiendo a la reina Shabat (Malká Shabat”)”.

Fue el shabat lo que permitió su restauración física, emocional, espiritual, psicológica y le permitió superar las condiciones adversas.