
En Rosh Hashaná se reza mucho. ¿Por qué? ¿qué es lo que se dice? Veamos algunas de estas plegarias:
Avinu Malkeinu
La primera vez que encontramos la fórmula de Avinu Malkeinu, “Padre nuestro, rey nuestro”, es en una historia que cuenta el Talmud (Taanit 25b) sobre una sequía que hubo en Israel. Luego de Rabi Akiva suplicara Avinu Malkeinu ein lanu mélej ela ata, o sea “Padre nuestro, rey nuestro, no tenemos rey fuera de ti, padre nuestro, rey nuestro tennos misericordia”, empezó a llover.
Maljiot, Zijronot, Shofarot
Luego de escuchar el Shofar decimos la plegaria de Musaf en el cual citamos:
– diez versículos que hablan de la coronación de D-os y Su realeza, conocidos como Maljiot (y que implican la aceptación de la Majestad divina),
– seguidos por diez versículos conocidos como Zijronot y que son un ruego a la Divina Providencia recordándole los méritos de nuestros antepasados, y la esperanza de que la paz descienda sobre todo el mundo tal como lo proclama el Shofar
– finalizando con diez versículos que hablan del Shofar, conocidos como Shofarot.
Luego de cada conjunto de versículos se pronuncia la bendición correspondiente y se hace sonar el shofar, que llama a los congregantes a que se arrepientan de sus malos actos.
Dichos versículos sintetizan la esencia de Rosh Hashaná y vienen a ser como la fundamentación teórica de los sonidos del Shofar.
El sentido de las plegarias
Manzanas con miel
Es obligatorio comer manzanas con miel después de los servicios de Rosh Hashaná en la sinagoga y en casa. Las manzanas y la miel simboliza la esperanza de un dulce año nuevo.
Es por eso que el saludo tradicional en estas fiestas es Shaná Tová Umetuká, o sea el deseo de un nuevo año bueno y dulce.
Tashlij
La ceremonia comienza tomando migas de pan y poniéndoselas en los bolsillos. Después de recitar ciertos versículos de la Biblia, se vacían tus bolsillos en el agua.
Las migas de pan simbolizan tus trasgresiones del año pasado, y el arrojarlos al agua es un símbolo de tu deseo de evitar repetir esos pecados el año que viene.
Los orígenes de la ceremonia no están claros, y al igual que con casi todos los rituales judíos, hay una gran variedad de costumbres para realizarlo. Los judíos kurdos, por ejemplo, van al río y en lugar de arrojar migas de pan, saltan al agua completamente vestidos.
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