Comienzan las Olimpiadas de Hitler

Comienzan las Olimpiadas de Hitler

El 1 de agosto de 1936, Adolf Hitler inaugura las Olimpiadas de Berlin, en donde Jesse Owens aplastó el mito de la “supremacía aria”

En esta fecha de 1936, Adolf Hitler inaugura la XI Olimpiada en Berlín, en  medio de fanfarrias musicales dirigidas por el famoso compositor Richard Strauss.
Para entonces, la nazificación del deporte alemán ya había excluido a los judíos de los clubes e instalaciones deportivas.

En los Estados Unidos atletas y las instituciones judías se mostraban divididas sobre si boicotear o no los Juegos Olímpicos de 1936, pero una vez que la American Amateur Athletic Union desechó una propuesta de boicot, otros países siguieron su ejemplo, y los juegos reunieron a atletas de cuarenta y nueve países, la mayor cantidad en la historia hasta entonces de los Juegos Olímpicos modernos.

La URSS se mantuvo al margen – recién volvería a los Juegos Olímpicos en 1952 – y ayudó a patrocinar la “Olimpiada del Pueblo” en Barcelona, que fue cancelada por el estallido de la Guerra Civil Española justo cuando miles de atletas habían comenzado a llegar. Dieciocho atletas afroamericanos, dieciséis hombres y dos mujeres, fueron a Berlín (sólo seis habían competido  por los Estados Unidos en los Juegos de Los Ángeles de 1932) y ganaron catorce de las 56 medallas  ganadas por el equipo estadounidense, incluidas las cuatro medallas de oro de Jesse Owens quien, en palabras de ESPN,”aplastó sin ayuda el mito de la supremacía aria de Hitler“.  De todos modos, Alemania sí fue el país que más medallas ganó, 89, y los Juegos Olímpicos reforzó la imagen de los nazis en todo el mundo. Sam Stoller y Marty Glickman fueron los dos únicos judíos del equipo de Estados Unidos, pero fueron retirados de su equipo de relevos el día de la competencia, lo que generó la especulación de que Avery Brundage, director del Comité Olímpico de Estados Unidos, había querido evitar a Hitler la vergüenza de que atletas judíos también ganaran medallas.

No me invitaron a estrechar la mano de Hitler, y tampoco fui invitado a la Casa Blanca para estrechar la mano del presidente“.- Jesse Owens