
La respuesta tiene 1100 años, pero para escrita ayer...
Rabi Saadia Gaón (882-942), en el libro De la Fe y de las Opiniones
“Hay quienes opinan que el hombre debería encarecidamente dedicarse a procrear hijos. Esto, dicen, da serenidad al espíritu, consuelo a los ojos produciendo felicidad y alegría.
Además, sin hijos, la humanidad se extinguiría y el mundo no se perpetuaría.
Y más aún, los hijos son una ayuda para la vejez y eternizan el recuerdo de la persona después de su muerte.
Y dicen a continuación: ¿A quién demuestra e/ hombre misericordia y compasión, si no es a los niños? Y de quién obtenemos afecto y honras, si no de e//os?
¿Acaso no basta el ejemplo de tantos profetas que imploraron a Dios por tener hijos?
Consideré’ muy bien todos estos argumentos y pregunto:
¿Para qué sirven los hijos a quienes no pueden alimentarlos, ni proteger/os, ni darles apoyo?
¿Qué bien representan los hijos, si uno no puede transmitirles conocimientos ni sabiduría?“