El chimpancé que predice el futuro

El chimpancé que predice el futuro

¿Quién es más confiable a la hora de aconsejarte qué hacer con tu dinero? ¿El más famoso economista o un chimpancé…?

Es una época complicada para la Humanidad: entre fake news, “hechos alternativos” y las redes sociales en las que “hablar sin saber” es la regla, el valor del conocimiento está devaluado como desde hace mucho no se veía.

Pero hay que reconocer que los “expertos, académicos y especialistas” de toda condición tienen su parte de culpa en esta situación. 

Así es que vemos especialistas en asuntos internacionales que no conocen el idioma de los pueblos sobre los que pontifican, autores de estudios médicos que “casualmente” confirman las bondades del remedio fabricado por el laboratorio que pagó por el estudio, muy serios académicos que sostienen que la realidad no existe (pero que jamás se operarían con un cirujano que afirmara lo mismo), y un largo etcétera que los vuelve parte del problema y no de la solución.

Pero nada se compara con los expertos que se dedican a predecir lo que ocurrirá en el futuro (con excepción de los metereológos, claro está).

Un psicólogo de la Universidad de Pennsylvania llamado Philip Tetlock recopiló las predicciones sobre cuestiones políticas hechas a lo largo de 20 años por 300 expertos de todo tipo (funcionarios de alto rango, licenciados en ciencias políticas, economistas, etc.): temas como ¿quién ganarás las próximas elecciones en X país?, ¿cambiará de régimen tal país en los próximos años?, etc., etc. 

¿El resultado? Sus predicciones no fueron mucho mejores, al decir de Tetlock, que las de “un chimpancé arrojando dardos”.

Peor aún: tampoco fueron mejores que lo que el autor llama “algoritmo de extrapolación”. Es decir: una computadora programa para responder siempre “sin cambios en la situación actual”.

Una manera elegante de decir “no tengo la menor idea”.

Y mejor no hablemos de los economistas y expertos financieros. Un estudio recopiló más de 6000 predicciones hechas por expertos en el mercado de valores a lo largo de varios años.

¿El resultado? 47,4% de aciertos.

O sea: peor que decidir tirando una moneda (o preguntándole a un chimpancé).

¿Quién tiene la culpa? Para Tetlock, lo que llama “dogmatismo”, el pecado capital de estar convencidos de que saben algo de lo que no tienen la menor idea. Eso que a lo que en el barrio se le suele llamar “soberbia”.

Mejor no le preguntemos al Premio Nobel de Economía Paul Krugman, quien predijo que en 2005 “quedaría claro que el impacto de Internet en la economía no sería mayor que el de las máquinas de fax“.

Google, Facebook y Amazon te envían saludos, Paul.

Referencias:

Philip E. Tetlock, Expert Political Judgment: How Good Is It? How Can We Know?, Princeton University Press, 2005

Philip Tetlock, Richard Ned Lebow, Noel Geoffrey Parker (Editors), Unmaking the West: ”What-If?” Scenarios That Rewrite World History, University of Michigan Press, 2006 (No tiene mucho que ver con este artículo, pero es un entretenido ejercicio de historia contrafactual)