4 secretos de las madres judías para que su hija gane un premio Nobel

einstein premio nobel

Los judíos representan el 1% de la población mundial y el 20% de los premios Nobel, ¿Cuál es el secreto…?

¡Atención!: SI tienes algún tipo de teoría conspirativa al respecto, y realmente crees que ella te puede ayudar a mejorar tu vida, es inútil que sigas leyendo.  Para todo el resto… La autora Marjorie Ingall intenta una respuesta en su libro Mamaleh Knows Best: What Jewish Mothers Do to Raise Successful, Creative, Empathetic, Independent Children (Mamele tiene el secreto: lo que las madres judías hacen para criar niños exitosos, creativos, empáticos e independientes). La teoría de Ingall es que una religión que enfatiza el aprendizaje y el debate se combina con una larga experiencia histórica de persecuciones para crear un enfoque distintivo de la crianza de los hijos: privilegia la enseñanza/aprendizaje, el humor y el escepticismo, abraza a los “nerds” en todas sus formas, y anima a los niños a ir en pos de sus propias pasiones e intereses. Estas son características bien diferentes de las pregonadas por otros modelos parentales de moda (en los Estados Unidos, al menos) como las famosas Tiger Moms.  Entre los “secretos” que Ingall, madre de dos hijas, cree que funcionarán para todas las familias (de cualquier religión y origen), se encuentran:

Desconfía de la autoridad

Sí, como lo oyes. En parte tiene que ver con la experiencia histórica judía: al sufrir tantas persecuciones, desconfiar que quienes estaban en el poder era una buena estrategia de supervivencia.

Y en parte se debe también a que el judaísmo es una religión horizontal, sin estructuras institucionales verticales ni una “cadena de mando” centralizada. Amigable, por lo tanto, para el debate y la disidencia, ofrece muchas oportunidades para perfeccionar las habilidades de pensamiento crítico. De aquí el famoso dicho/chiste “dos judíos, tres opiniones”. Para ponerlo en práctica: 

  • hazle preguntas a tus hijos y responde las de ellos,
  • cuestionen toda suposición o presupuesto previos (hasta la que parezca más obvia y acertada)
  • insiste para ir más allá de los razonamientos fáciles
  • señala con diplomacia defectos y contradicciones en sus argumentos (y en los tuyos)
  • pregúntales qué opinan sobre las dudas que tú mismo tienes sobre cualquier cosa, 
  • sin dejar de poner límites, fomenta el debate y 
  • enséñales a ver el mundo desde otra perspectiva

¡Bienvenidos los nerds y geeks!

Desde la revolución tecnológica, los “nerds” y “geeks” han dejado de ser el último orejón del tarro de la clase, pero cuando se trata de su aceptación, los judíos históricamente han estado, y siguen estando, muy por delante del resto. Como dice Ingall:  “Las madres judías, a lo largo de la historia, han alentado los intereses de sus hijos sin importarles quién lo supiera (ni lo que opinaran). La popularidad y el conformismo no han sido nuestro alimento. ¿De qué se trata todo? Pues de inspiración intelectual”.

Para ponerlo en práctica: 

  • Comparte sinceramente tus intereses y pasiones con tus hijos
  • presta atención a lo que realmente fascina a tu hijo, incluso si no es lo que esperabas
  • enséñale a encontrar placer en el camino, y no a preocuparse por el resultado 
  • déjalo vivir su vida y no pretendas que viva la tuya
  • permítele perseguir sus propios sueños, y no lo obligues a tratar de lograr los tuyos

Leer y reír

Los estudios psicológicos sugieren que tanto el humor como la narración de historias pueden contribuir al éxito de un niño, y ambos son fundamentales para la cultura judía. 

Para ponerlo en práctica:  

  • Fomenta la lectura de tus hijos, comenzando por poner libros a su disposición
  • predica con el ejemplo: para que lean, deben verte leyendo
  • léeles historias, cuéntales cuentos
  • inventen relatos entre ambos, y/o anímalos a que imaginen los suyos
  • ayúdalos a encontrar los libros que podrían gustarles, adaptados a su edad
  • hazle muchas preguntas sobre lo que están leyendo, y escucha atentamente sus respuestas

Reparar el mundo (tikún olam)

El concepto de tikún olam (reparación del mundo) es central en la cultura judía. Obviamente, ninguna religión tiene el monopolio sobre ese anhelo, pero el enfoque judío tiene sus propios matices, entre ellos un énfasis en conectarse, de manera significativa, con las otras personas. 

“Ese sentido esencial de conexión con otras personas explica en parte por qué tantos judíos se han convertido en médicos, científicos, activistas por la justicia social, y artistas: desde la infancia hemos sido criados para considerar los sentimientos de los demás”, dice Ingall.
Para ponerlo en práctica:

  • Predica con el ejemplo, dándoles muestras prácticas de solidaridad y compromiso con el otro, incluso en las pequeñas cosas
  • no te quedes en las grandes palabras: de nada sirven si luego ignoras o tienes comentarios despectivos sobre personas en situación de calle, mendigos, y cualquier otro ejemplo que se te ocurra
  • comienza temprano: incluso un niño en edad preescolar puede ayudar a donar juguetes viejos a un refugio para personas sin hogar
  • no es necesario pensar todo el tiempo en hacer cosas sorprendentes y creativas: las pequeñas acciones cotidianas pueden tener un efecto poderoso y duradero