Harvey Kurtzman, la fuerza creativa de MAD

Harvey Kurtzman, la fuerza creativa de MAD

El 3 de septiembre de 1924, nace Harvey Kurtzman, la fuerza creativa clave detrás de la revista MAD y uno de los más grandes autores satíricos de la historia de Estados Unidos

En esta fecha de 1924, nace Harvey Kurtzman, la fuerza creativa clave detrás de la revista MAD y uno de los más grandes autores satíricos de la historia de Estados Unidos.
Kurtzman fundó MAD en 1952 junto con William Gaines y adoptaron el formato de revista en 1955, lo que la liberó de la censura del llamado “Comics Code” y permitió la creación de Alfred E. (“¿Qué me preocupa?”) Neuman, el chico de portada de MAD.

Entre los personajes clásicos de la cultura popular que Kurtzman satirizó (con una generosa porción de idishismos) se encuentran Tarzán (“Melvin of the Apes”), Flash Gordon (“Flesh Garden”), Frankenstein (“Frank N. Stein”), Superman  (“Superduperman”) y docenas más. El New York Times llamó a Kurtzman “una de las más importantes figuras de los Estados Unidos de la posguerra”, mientras que la revista Time observó que “Mad fue la primera en basar casi toda su comicidad en parodiar a otros tipos de entretenimiento popular. . . casii toda la sátira estadounidense de hoy en día sigue la fórmula que Harvey Kurtzman ideó”. Después de dejar Mad (por cuestiones de dinero), fue responsable de las historietas de “La pequeña Annie Fannie” en la revista Playboy, que añadió un cierto nivel de autoparodia a la empresa de Hugh Hefner.

Sin embargo, nada en la producción de Kurtzman como escritor o dibujante -hasta su muerte a los 68 años- logró acercarse a la hilaridad de sus parodias para Mad.

La convicción fundamental de Kurtzman era que las caricaturas deberían usar la sátira para destruir las fantasías en lugar de para promoverlas.

Durante sus años en la cima. . . era una potencia que usaba tanto sus palabras como sus imágenes para mostrar un mundo en el que la búsqueda de la bondad y la verdad se encontraba con nada más que mentirosos, estafadores, matones y tontos. . . . Nadie estaba a salvo, ninguna de las convenciones a la hora de contar historias era sagrada“.
– Milo Miles