En 1498, el emperador Maximiliano I trasladó su corte y a sus músicos de la corte de Innsbruck a Viena.
Ordenó que seis niños coreutas debían también también debe incluirse entre los músicos, y así sentó las bases de los Niños Cantores de Viena, que al principio cantaba exclusivamente para la corte y en eventos de la corte.