“Los judíos”, de Yehuda Amijai

"Los judíos", de Yehuda Amijai

¿Quiénes son los judíos? Hay realidades que escapan a las definiciones y no se dejan reducir a las categorías de académicos y científicos. En su lugar, es mejor dejar que hablen los poetas..

Yehuda Amijai

Nacido en Alemania en el seno de una familia judía ortodoxa, Yehuda Amijai (1924 — 2000) fue criado hablando tanto hebreo como alemán. 

Amijai y su familia emigraron a Eretz Israel en 1935, viviendo brevemente en Petaj Tikva para establecerse en Jerusalem al año siguiente. 

En la Segunda Guerra Mundial luchó con la brigada judía del ejército británico. Durante la Guerra de Independencia lo hizo en el Néguev.

Al terminar la guerra asistió a la Universidad Hebrea de Jerusalem para estudiar biblia y literatura hebrea, y fue profesor de preparatoria.

En sus poemas lidia con temáticas de la vida cotidiana y temas filosóficos vinculados al significado de la vida y de la muerte. 

Su trabajo se caracteriza por una sutil ironía y metáforas originales y sorpresivas. 

Como muchos poetas israelíes laicos, tiene una lucha interna con su fe religiosa. Sus poemas están llenos de referencias a Dios y la experiencia religiosa. Ha sido descripto como un poeta—filósofo en busca de un “humanismo post—teológico”.

Los judíos, por Yehuda Amijai

Los judíos son como fotografías expuestas en un escaparate
todos juntos de distintas alturas, vivos y muertos
novios y novias, jóvenes de bar mitzvá y bebés.

Y hay fotografías que fueron reconstruidas de viejos retratos amarillentos.
Y a veces llegan y rompen la vitrina y queman las fotos.
Entonces se empieza a fotografiar nuevamente y a revelar de nuevo
y a presentarlos nuevamente doloridos y sonrientes.

Rembrandt los pintó con turbantes
turcos, con la belleza del oro bruñido.
Chagall los pintó flotando por el aire
y yo los pinto como ml padre y mi madre.

Los judíos son la reserva eterna de un bosque
de arboles plantados tan juntos que
ni siquiera los muertos pueden tumbarse.
Se mantienen apoyados, erguidos sobre los vivos
y no hay quien los distinga.
Sólo el fuego, quemará a los muertos más de prisa.

Y ¿qué hay de Dios? Dios permanece
como el perfume de una bella mujer que una vez
pasó junto a ellos y a la que nadie vio,
pero sólo su perfume permanece, clases de perfumes.

Creador de las clases de perfume.
Un judío recuerda la sucá de la casa de su abuelo.
Y la sucá recuerda a su vez
la marcha por el desierto que recuerda
la gracia de la juventud y las tablas de la alianza
y el oro del becerro de oro y la sed y el hambre
que recuerdan a Egipto.

Y ¿qué hay de Dios? Según el acuerdo
de la expulsión del Jardín del Edén y del templo
dios ve a sus hijos solo una
vez al año, en Iom Kipur.

Los judíos no son un pueblo histórico,
ni siquiera un pueblo arqueológico, los judíos
son un pueblo geológico con quiebres,
derrumbes, estratos y lava ardiente.

Su historia debe ser medida
con una escala diferente.
Los judíos están pulidos con sufrimiento
y abrillantados con tormentos,
como guijarros en la orilla del mar.

Se distingue a los judíos solo cuando mueren
como se distingue a los guijarros del resto de las piedras:
cuando la mano fuerte los lanza,
saltan dos o tres veces 
sobre la superficie del agua antes de hundirse.

Hace tiempo me encontré con una hermosa mujer
cuyo abuelo llevó a cabo mi circuncisión
mucho antes de que ella naciera.
Le dije,tú no me conoces y yo no te conozco,
pero somos el pueblo judío,
tu abuelo esta muerto y yo circuncidado y tú,
eres la guapa nieta de pelo dorado:
somos el pueblo judío.

Y ¿qué hay de Dios? antes cantábamos
“No existe Dios como el nuestro”, ahora cantamos,
“No existe nuestro Dios”
pero cantamos, todavía cantamos.