Tres madres judías se encuentran para almorzar.
Cuando se están por sentar, una de ellas respira hondo y dice con tono compungido:
– Oi, oi, oi
Otra de las mujeres respira hondo y dice:
– Oi, oi, oi, oi
La tercera respira hondo a su vez y dice con impaciencia:
– Chicas, ¡habíamos quedado en no hablar de nuestros hijos!